Apoyo para niños y adolescentes

Guía sobre cómo ayudarlos a enfrentar el duelo

Los niños y adolescentes experimentan el dolor de manera diferente a los adultos. Saber qué decir y cómo apoyarlos durante este tiempo no es fácil. Ellos tienen distintas necesidades y formas de expresarlo. Los siguientes artículos proporcionan una visión muy útil para ayudarlos a comprender y expresar su dolor.

Consulta Profesional Psicología

Ps. Tatiana Cobeaux
Niños y adultos. Especialista en procesos de pérdida.

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Pautas a tener en cuenta:

Los niños y adolescentes, expresan sus sentimientos de maneras sorprendentemente contrastantes. Esto puede deberse a la personalidad, así como también a la etapa de desarrollo en la que se encuentran.

Es un hecho que los niños experimentan el dolor de manera diferente a los adultos. Es posible que los niños pequeños ni siquiera entiendan lo que significa la muerte, o que las personas que han muerto no regresarán. Ellos podrían pensar que han hecho algo para causar la muerte. Por otro lado, podría parecer como si no les preocupara y pasar del llanto al juego sin problemas. También es normal que se sientan enojados con la persona que falleció (o con alguien más). A medida que los niños crecen, pueden comenzar a entender más, pero aún así necesitarán ayuda de sus padres y de otros cuidadores para aprender a procesar y enfrentar la pérdida.

Saber qué decir y cómo apoyar a los niños durante este tiempo no es fácil. Es probable que usted también esté sufriendo y tratando de lidiar con sus propias emociones. Si bien usted no puede proteger a los niños contra la pérdida y el dolor, sí puede desempeñar un papel importante para ayudarlos a sentirse seguros y afrontar el duelo de la manera más saludable posible

Ya sea que se trate de la pérdida de un abuelo, un padre, un compañero de clase o incluso la mascota de la familia, el proceso de duelo puede ser difícil y cada niño lo enfrentará a su propia manera. Los padres, cuidadores y educadores que se preguntan cómo pueden ayudar encontrarán muchas respuestas a sus preguntas en la siguiente guía, la cual ha sido preparada con la asesoría de varios expertos en el área del duelo en niños y adolescentes. En la guía encontrará consejos desglosados según la edad y experiencias de los niños, así como información para saber qué decir, quién debería decirlo, qué observar y cómo ayudar.

Qué decir y cómo decirlo

No existe el momento perfecto para compartir la noticia, sin embargo es recomendable que los niños sean informados lo antes posible, dentro de lo razonable. Idealmente, espere hasta el final del día escolar. Usted quiere evitar que su hijo escuche la noticia inesperadamente de alguna otra fuente o que vea a un grupo de personas llorando o conmocionadas, lo que podría ser muy aterrador para él.

Elija el lugar donde va a tener la conversación con cuidado. Usted quiere contarle a su hijo en algún lugar donde él pueda sentirse libre de tener cualquier reacción, y eso probablemente no sea en un lugar público. Tal vez quiera hacer que el impacto de la noticia no sea tan fuerte al compartirla en un lugar feliz, como la heladería favorita de su hijo, pero eso no hará que las noticias sean menos tristes o difíciles para el niño.

Trate de usar un lenguaje directo y prepárese para dar una breve explicación de cómo o por qué ocurrió la muerte. Pero no tiene que entrar en muchos detalles. Es mejor dar poca información e ir agregando más detalles dependiendo de las preguntas que hagan, y mantener las explicaciones más cortas, más simples y más directas.

¿Quién debe decirle al niño?

De ser posible, la persona más cercana al niño debe ser quien le dé la noticia, incluso si esa persona es uno de los padres y también está de duelo. Está bien si la persona que comparte la noticia está triste o llorando, pero es importante que pueda mantener sus emociones bajo control para no alarmar más al niño en una situación que ya de por sí es difícil. Si el padre en duelo está demasiado afectado como para dar la noticia con cierta

Las palabras que elija van a variar dependiendo de la edad y la etapa de desarrollo del niño, pero los expertos están de acuerdo en que, independientemente de la edad del niño, existen ciertas pautas a seguir.

Déjese guiar por el niño. El tipo de preguntas y preocupaciones que los niños tienen pueden ser muy diferentes a las de los adultos. Darles demasiada información puede abrumarlos. Es mejor dejar que hagan preguntas y luego responder de la mejor manera posible (y la más apropiada según su desarrollo). No se sorprenda si los niños pequeños están más preocupados por ellos mismos, simplemente así es como ellos son.

Estimule a los niños a expresar sus sentimientos. No intente “proteger” a los niños ocultando su propia tristeza. Invariablemente sabrán que algo está mal, y esto podría hacerlos sentir solos y confundidos. Ocultar su propio dolor también puede hacer que los niños piensen que la tristeza que están sintiendo es mala. Sin embargo, evite que los niños lo vean en sus momentos más devastadores, ya que pueden preocuparse por usted o sentirse inseguros.

No trate de suavizar las palabras. Evite frases como “fallecido”, “se nos fue”, “lo perdimos”. Los niños tienden a ser muy literales y este tipo de lenguaje les crea ansiedad, los asusta y, a menudo, los confunde. O a la inversa, puede llevarlos a creer que la persona que murió volverá y que la muerte no es permanente.

Mantenga las rutinas tanto como sea posible. El proceso de duelo tarda un tiempo, pero los niños se benefician de las rutinas y de saber que la vida continúa.

Conmemorar a la persona que murió. Recordar es parte del proceso de duelo y de sanación. Esto puede ser tan simple como compartir recuerdos o mencionar el nombre de la persona que murió para que su hijo sepa que no está prohibido hablar de esa persona y recordarla. También es importante no quitar las fotos durante un tiempo.

 

A menudo, la muerte de un abuelo es el primer encuentro de un niño con la pérdida de vida humana y con el duelo. Si sus hijos han perdido a un abuelo, puede explicar que la mayoría de las personas no mueren hasta que son muy mayores, para mitigar los temores que puedan tener de que usted o ellos puedan ser los siguientes en morir. Si el pariente que murió fue una persona más joven como una tía o un tío, explique que fue a causa de una enfermedad (o de un accidente) y que generalmente no les sucede a los más jóvenes.

Este es un evento mucho más difícil y traumático para que un niño de cualquier edad lo comprenda y lo enfrente. Es probable que el padre que sobrevive esté muy afligido y mostrar la tristeza está bien. Pero elija un momento en el que sienta que puede compartir la noticia sin sentir que pierde el control de sus emociones. Explique la muerte usando palabras adecuadas al desarrollo de sus hijos y asegúrese de que sepan que todavía se les cuidará. En el caso de la muerte de un padre, independientemente de la edad del niño, la asesoría profesional suele ser una buena idea, ya que puede llevar años procesar este tipo de pérdida.

La muerte de niños, ya sea por accidente o por enfermedad, es un suceso muy inesperado. Para los niños pequeños, tal pérdida a menudo puede hacer que el niño que sobrevive piense si él también está en peligro. Es probable que los padres que sufren la pérdida de un hijo estén inconsolables, pero es importante asegurar a sus hijos que están a salvo y que usted estará allí para ellos. Permítales que hagan preguntas y déjeles saber que es posible que entren y salgan del proceso de duelo durante muchos meses, mientras que usted, como padre, tiene más probabilidades de estar en el proceso continuamente. No dude en pedir apoyo a otros cuidadores adultos, como un abuelo, una tía o un amigo.

A esta edad, los niños no tienen una comprensión real de la muerte y es probable que no puedan procesar que es permanente. Están muy enfocados en el presente y no entienden que la muerte significa “para siempre”. Pueden hacer las mismas preguntas una y otra vez. Sea paciente, consistente y tranquilícelo. El niño que está en duelo puede tener una serie de respuestas breves pero intensas.

Posibles expresiones de dolor: regresión a comportamientos anteriores como chuparse el dedo y orinarse en la cama, problemas para dormir, irritabilidad, confusión.

Cómo puede ayudar: sea honesto, directo y breve cuando responda a preguntas, y muéstrese tranquilo y afectuoso. Continuar con las rutinas también es útil. A esta edad el juego es su salida para el duelo.

Los niños de esta edad todavía podrían ver la muerte como reversible. Pueden sacar conclusiones incorrectas sobre la causa de la muerte, a esto se le conoce como “pensamiento mágico”. También tienden a hacer muchas preguntas concretas: “¿Cómo murió?”. “¿Qué le pasará ahora?”.

Posibles expresiones de dolor: pesadillas, regresión a comportamientos anteriores, cambios en el sueño y la alimentación, juego violento, intentar asumir el papel de la persona que murió.

Cómo puede ayudar: anímelos a expresar sus sentimientos a través de medios físicos, juegos simbólicos (dibujos e historias) y hable sobre la persona que murió.

A esta edad, el pensamiento de los niños ha madurado y son más lógicos. Es posible que aún puedan pensar que la muerte es reversible, pero están empezando a comprender que es definitiva.

Los niños en edad escolar suelen hacer preguntas específicas y podrían querer saber los detalles. También podría preocuparles la manera como otras personas responden a la muerte. Quieren saber cuál es la manera “correcta” de responder y están empezando a tener la capacidad de llorar, comprender y reconocer el llanto en los demás.

A pesar de que su pensamiento es más lógico, podrían temer demasiado a las enfermedades y a las lesiones porque no entienden bien los mecanismos por los cuales las personas mueren. También podrían obsesionarse con el porqué de la muerte, especialmente si viola sus principios lógicos de lo correcto y lo incorrecto. Bajo cualquiera de estas circunstancias, trate de ayudar a los niños a desarrollar una explicación para la muerte que tenga sentido para ellos. Cuando crezcan, ellos podrán comenzar a comprender la pérdida de una manera más sofisticada.

Posibles expresiones de dolor: regresión, problemas escolares, alejarse de los amigos, mal comportamiento, cambios en los hábitos de alimentación y de sueño, preocupaciones abrumadoras sobre su propio cuerpo, pensamientos sobre su propia muerte.

Cómo puede ayudar: fomentar la expresión de los sentimientos sin importar cuáles sean. Explique las opciones y permítale elegir entre funerales y servicios conmemorativos. Esté presente, pero también permita que tenga tiempo a solas. Fomente las salidas y desahogos físicos. No evite hablar sobre la muerte ni contestar a sus preguntas.

Los adolescentes son capaces de tener un pensamiento abstracto y tienen un concepto de la muerte mucho más “adulto”.

Posibles expresiones de dolor: tristeza extrema, negación, regresión, conductas de riesgos, estar más dispuestos a hablar con sus compañeros y otras personas fuera de la familia, depresión, enojo, mal comportamiento, incluso podría tener pensamientos suicidas.

Cómo puede ayudar: estimúlelos a hablar, si no con usted, con amigos, maestros o con un terapeuta. No intente “hacer que todo esté bien” o descartar su duelo. Permítales llorar. Esté disponible, pero respete su necesidad de pasar el duelo a su manera.

El duelo es un proceso natural y toma tiempo. Pero si los síntomas persisten más allá de los seis meses o son muy perjudiciales, pueden indicar que su hijo podría necesitar ayuda profesional para superar su dolor. Algunas señales que pueden indicar que su hijo necesita ayuda profesional incluyen: Pesadillas Creer que el mundo es inseguro en general Irritabilidad, ira y mal humor Falta de concentración Falta de apetito o de sueño Problemas de comportamiento continuos En niños pequeños, regresión persistente a un comportamiento anterior, como aferrarse a usted, orinarse en la cama o chuparse el dedo Dificultad para dormir Desapego o apartarse de los demás En adolescentes, uso de alcohol o drogas Incapacidad o negativa a ir a la escuela, aprender o jugar con amigos Ansiedad Depresión continua Pensamientos suicidas

 

**Si requieres de ayuda profesional para tu hijo y familia, te invitamos a contactar algunos de nuestros profesionales psicólogos.

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